viernes, 25 de septiembre de 2009

Ya no existen otoños, inviernos, ni amaneceres. Ni una caricia en tu espalda que me despierte de madrugada, o un suspiro que me haga caer en el sueño.

No consigo dormir, mis ojos aguardan anhelando tu presencia. Soldados en espera, que protegen tu guaridad secreta.
Tu hueco es muy grande, llenas de vacío esta habitación.

Tampoco existen veranos, primaveras ni atardeceres. Las flores se secan, si no las riegas con tu alegría. Tu dulzura da vida y belleza a todo lo que te rodea. La esperanza se muere, si no eres tú quien la alimenta...

Esto no es nostalgia, ni amor. Se llama obsesión.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Un susurro...

Llueve y hace sol, un mundo lleno de contradicciones, de sorpresas, de ilusiones, temores y pesadillas. Busco lo imposible.

Quiero trepar por tu cuello y convertirme en el susurro que anuncie en tus oídos lo mucho que te deseo. Necesito envolver el aroma de tu piel, para así dejarlo expandir cada vez que te eche de menos y poder saborear tu dulzura.

Respirar de tu aliento, vivir de tu sonrisa, dibujar el brillo de tus ojos. Éste es mi mayor anhelo.

Deseo vehemente, conviertes una mirda en fuente ardiente de pasión. Quiero enredarme en tu pelo, engancharme a tu espalda y dejarme llevar por tí para siempre.

El tiempo no pasa a tu lado.


Solo eres cuatro letras...

Maldita locura que pintas los días de negro. No quiero vivir atrapada en tus paredes.
Aprovechas mis momentos de flaqueza para sacudirme con la frialdad de tu voz. Tus gritos me ensordecen, pero tus ordenes me hacen fuerte, valiente.

Nadie te ha dado el poder para que hables, pero tú actuas deliberadamente en mi cabeza, en mi vida. Recorres mis impulsos, caminos a través de los cuales, me llevas a cometer errores. Me conduces a quererte... Pero me desquicias, te detesto.

No quiero ser tu abono.
No quiero verte.
No quiero dejarte salir, aunque hay una fuerza de cuatro letras que te empuja hacia fuera.

Un día volaré, volaré lejos, a un lugar donde no estés. Donde pueda ser más fuerte y tu miedo te obligue a esconderte.

Ahora callate, déjame y vete.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Me haces sonreir nada más verte. En tu mano llevas el lapiz de la felicidad.
Tu lienzo es mi vida, y tú hoy has pintado mi sonrisa.
No puedo olvidarte, rellenas mi cabeza. Eres el dulce recuerdo que me hace suspirar.
Borras de mi la inocencia, haces que amar sea fácil, pero olvidarte es imposible.

Eres mi locura, mi deseo, mi anhelo, mi sueño, mi pesadilla, mi aire, mi vida, eres todo.

¡Te necesito!

Te necesito, te quiero... Y no quiero quererte.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Imán de la locura...

Me empujas al vacio, me arrastras a la locura. Traes a mí la vida, y me robas el sueño...

En dos segundos llenas la esperanza, en uno la vacias. Dejas un camino oscuro, de silencios, de desierto.

Imán de la locura, lo prohibido lo haces excitante, y el pecado en natural.
Haces que tenga tantas ganas de recordar, como de olvidar.

Quemas la tristeza y congelas la belleza.
Transformas lo grotesco en delicado.

Enmascaras la realidad...

...eres ese ser que todo te lo quita,
y que todo te lo da.

sábado, 5 de septiembre de 2009

El embrujo de la Noche


Leve brisa que acaricia mi pelo, llevas en tu fragancia el embrujo de la luna. El olor de esa persona que invade mi cabeza, se materializa de forma abstracta en un suspiro del viento, que recorre a través de un cosquilleo todo mi cuerpo.

De nuevo, trae su imagen ante mí. Es mi deseo de tenerte y un capricho que la noche ha decido ofrecerme.


Aire que llenas mi alegría, y a veces mis penas, hoy tienes el don de concederme el placer, llevando mi gozo al punto más alto de la satisfacción.


Aire dulce, brisa cálida.
Llevas en tu aroma el embrujo de la luna, la magia de la noche, la alegría y el dolor.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Lluvia que nublan mis ojos, que empañan tu mirada. Terrible es la espera que lleva a empapar mi cristal con gotas de agua. Los sentimientos se ahogan, las palabras callan. Es el silencio el que rompe el frío que recorre mi alma.

El dolor está ahí, está llamando, quiere salir, mas no soy yo quien controla la lágrima que por mi cara derrama. He forjado una fortaleza para que nadie más entre, pero no he podido impedir que una simple gota salga. De nuevo, mi debilidad al desnudo.


Una caricia, un cuchillo; un abrazo, mi navaja.
No quiero que te acerques a mí, porque no soy yo...

...es una estatua quien habla.